Fecha: 22/11/2009
Policías locales y Guardias Civiles irrumpen pistolas en mano en la sucursal en lo que fue una falsa alarma.
El tiempo se detuvo algunos minutos cuando pasaban las cinco de la tarde en la popular, céntrica y concurrida avenida Batalla del Salado, auténtico corazón comercial tarifeño, cuando varios vehículos policiales cortaron el tránsito rodado y numerosos agentes se dirigían pertrechados de chalecos antibalas y pistolas en mano hacia las puertas de una sucursal bancaria.
Por un instante que se hizo eterno, vino sobre la mente de todos, aquel episodio acontecido un 16 de octubre de 2007 en el que tres atracadores retuvieron a siete personas durante varias horas en un intento de perpetrar un atraco en aquella ocasión a las oficinas locales de Unicaja. En esta ocasión todo el movimiento de agentes sucedía a pocos metros en La Caixa.
Entre una incertidumbre total los agentes iban y venían alrededor de la puerta de la entidad. Se asomaban y se agachaban. En la fachada un piloto luminoso e intermitente anunciaba que algo en el interior de la caja de ahorro no iba normal. Sin embargo nada ocurría en un momento, hasta cuatro agentes con sus armas reglamentarias en la mano entraron en el local y poco después, y ante la sorpresa de todos los viandantes detenidos en las proximidades salían y se restablecía el tráfico, mientras los agentes aflojaban las correas de sus chalecos. Todo había sido una falsa alarma creada porque había saltado la alarma en la central de alerta y casualmente la puerta interior de la entidad no estaba bien cerrada.
Al final un susto, un recuerdo y la constatación de que las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado se encuentran vigilantes para actuar en cualquier momento y en cualquier situación aunque como en la de ayer y afortunadamente todo se tratase de un simple error o un fallo.